Irala (Martín Adjemián), el poeta cobarde, intuye la inminente destrucción de su cultura |
Copio y traduzco —sin rigor, es cierto, con irresponsable libertad— algunas opiniones europeas, francesas, interesantes, acerca de Invasión (1969), primer largo de Hugo Santiago:
Aquilea es una ciudad estropeada, sin niños, casi sin mujeres, sin grandes avenidas ni plazas, donde los autos se internan entre muros o terrenos imprecisos, sin horizonte. En su etapa crepuscular, Aquilea está sufriendo una invasión. (Reggiani diría que la invaden los lobos). Y, sin embargo, no es una ciudad sitiada que se defienda, que proclame su lucha, señale al adversario y se aferre a la esencia de lo defendido. Aquilea padece una erosión comparable al efecto del mar en un castillo de arena.