17 ene 2011

Tráiler de La calma (2011), de Fernando Vílchez


Además, a Fernando Vílchez, despeinado, lo acaban de entrevistar para el portal La mula.

He visto el corte final del documental. Me reservo mis opiniones, porque son positivas.  

La calma (2011), de Fernando Vílchez, en la Berlinale

Afiche de La calma (2011),
de Fernando Vílchez
Una magnífica noticia: mi amigo Fernando Vílchez ha sido seleccionado para la competencia oficial de cortometrajes de la Berlinale 2011, que se desarrollará del 10 al 20 de febrero en la capital de Alemania.

Yo tuve el gusto de apoyar con la producción de La calma entre 2008 y 2009.

Se trabajó en condiciones penosas, con gran entusiasmo. Visitamos Pisco alrededor de un año después del terremoto, y la ciudad era un caos pestilente.

Como periodista, Fernando Vílchez ya había visitado la zona para cubrir las primeras horas de la tragedia. Así, se enteró de que un camarógrafo local había grabado el desarrollo del terremoto y, también, en la Plaza de Armas de Pisco, el rescate del joven Jorge Luis Solís, sepultado largos minutos bajo una pared enorme.

El material en bruto era impresionante.

Un año después, Jorge Luis cojea por ese pueblo fantasma, y Fernando Vílchez lo registra. Es la reflexión de un sobreviviente.

Tras haber visto un avance en la página oficial de la Berlinale, se me despertó una optimista felicidad. Pero vamos con calma. Vamos a competir contra Spike Jonze y el teléfono celular del coreano Park Chan-wook.

La noticia es buena sin matices. Esta noche, veré el corto. La calma tiene nacionalidad exclusivamente peruana.

16 ene 2011

Conócete a ti mismo

"Más adelante, en la campaña, volveremos como un huaico sobre las ciudades".
Candidata Keiko Fujimori explica con símil increíblemente preciso el futuro mediato de su estrategia para llegar a Palacio.

Entrevista con Perú.21, 16 de enero de 2011

11 ene 2011

Concentrarse en lo pequeño: Let It A




The Beatles en su peor época, inicios de 1969. Mucho ego en juego y demasiadas cámaras alrededor para un documental que iba a rematar con una tocada en vivo. Con todo, a veces, el grupo se superponía al aburrimiento. 

Aquí, Lennon está tocando el bajo y descubriendo Let It Be: sabe que la canción puede ir a cualquier parte, ya identificó una buena idea, sabe que va a sorprenderse e, incluso, sugiere pasar a do ("C", en la notación inglesa). Yo lo noto muy feliz. 

Alan Pauls no escribe para expresarse

En una entrevista de 2008, el argentino Alan Pauls responde una pregunta interesante:
"Alguna vez has declarado que escribir, para vos, era un acto ligado a la desaparición, a la impersonalidad y en un punto, a la clandestinidad. Tu idea -a diferencia de la de muchos otros escritores- no es devenir otro, sino devenir neutro. ¿De qué manera te afirmás en esa neutralidad? ¿Te sentís una suerte de escritor voyeur?

Tal vez volverse neutro sea la antesala de volverse otro. Lo que quería decir es que para mí escribir no es expresarse. El yo no se manifiesta en lo que uno escribe; se disuelve, se borra, a lo sumo se parodia. Las fuerzas que trabajan en la escritura no tienen que ver con el yo, con ningún yo (ni siquiera con el de otro), sino con voces más bien múltiples y anónimas. (Por eso hay que tener cuidado cuando se dice que una literatura es autobiográfica). No me reconozco del todo en la figura del voyeur, pero hay en lo que escribo una dimensión analítica fuerte y cierta apuesta a la inacción que podrían evocar ese hobby del siglo XIX". 

10 ene 2011

Reminiscencias (2010), de Juan Daniel Fernández ¡Ah, si uno pudiera pensar con la solidez de las imágenes!


Un fotograma numérico de Reminiscencias (2011),
de Juan Daniel Fernández
Si he visto un tráiler carente de interés, evito la película de referencia. A mi juicio, solo modelos muy embalsamados permiten que una sinopsis de un minuto nos sugiera una historia de una hora y media. Antes del producto en sí, en una función comercial, se proyectan varias de las películas que “nadie dejaría de ver en el futuro”. La frecuencia de un ejercicio narrativo tan insípido bastaría para cierta alarma crítica.

Aunque su tráiler me había parecido soso, fui espectador del estreno en Lima del corte definitivo de Reminiscencias, de Juan Daniel Fernández. Un motivo: el 1 de diciembre de 2010, a las 19:45 hrs., yo no tenía obligaciones excluyentes. Además, El Galpón es un espacio cultural joven, no muy lejos de la casa donde vivo. Por si fuera poco, el buen Mario Castro Cobos me había recomendado la experiencia con estas o parecidas palabras: "La obra del Nuevo Cine Peruano que más me gusta". En el peor de los casos, se me ocurrió, yo soltaría una que otra carcajada.

La película de Juan Daniel Fernández organiza el caos de una vida aún joven, grabada en sus más insignificantes detalles, acaso en su más significativa realidad. El punto de partida es un hecho obvio: que la gente registra lo cotidiano sin detenerse en la nitidez del encuadre (¿existe la honestidad absoluta?) La textura inmediata y negligente del vídeo comunica una sensación de realidad que, tal vez, en la historia de las imágenes en movimiento, no conozca parangón. Y, si una idea fuerza de la teoría fue la impresión de realidad en el cine, entonces podemos hablar de... ¿cine puro? El porqué del fenómeno es ideológico o conceptual antes que técnico: aceptamos que la fábrica de esas imágenes ha sido estrictamente aleatoria.

Los ojos cerrados no te ayudarán a vencer tus deseos


Simón del Desierto (1969),
última película de Luis Buñuel
en México
Simón el Estilita predica en el desierto, y el demonio tiene el cuerpo de Silvia Pinal. Yo también me he preguntado si era un acto de soberbia bendecir insectos inofensivos. Yo también he querido sostenerme encima de una sola de mis piernas, pero esa terquedad ha dejado de atraerme.

Voy a redactar cada vez que se me antoje, para todo aquel que se dé un tiempo por aquí; voy a redactar lo primero que se me pase por la cabeza.

Modesto, intrascendente, ambicioso plan. Mi justificación es mi acicate. Negadas, reprimidas o corregidas en exceso, las ideas terminan por atacar al individuo. Por lo menos, ha sido mi experiencia.

Y si el demonio se subiera a mi columna en medio del desierto y metiera su lengua en mi oreja, yo no querría temerle a Silvia Pinal tan solo porque viste de colegiala.

Para crear este blog, he tenido que entregarle a Google mi número de celular. Al minuto, me ha llamado una voz femenina, que me ha dictado dos veces el mismo código de activación y se ha despedido tajantemente: "Adiós". Yo protesto, a mí me provocaba conversar. 

Bienvenidos, bienvenidas.